lunes, 14 de julio de 2014

Vivo en una de las colonias más antuguas del D.F. no tanto como lo es Tepito, o los barrios centrales del primer cuadrante de la ciudad, pero si lo suficientemente antigua como para sentir en el ambiente todavía un pequeño uso de costumbres, como el dar los buenos días al vecino, o detenerse a platicar alguno que otro chisme de la colonia, aunque cada día se extingue poco a poco, como si de una flama sin oxígeno se tratara.

En México pasan las cosas más absurdas pero más graciosas a la vez, si ponemos atención encontraremos infinidad de imágenes que podrían entretener a nuestros nietos algún día; y hoy, no fue la excepción.

Para ello tendrán que ubicar el lugar en el que ocurre loque les quiero contar.

Se trata de un cruce de calles, Río Guadalquivir y Río Pánuco, quienes lo conocen no necesitan más descripción, pues se ha vuelto untanto famoso porque en cada una de las esquinas y de una manera muy simétricahay puestos de comida, ambulantes eso si, que acaban de trabajar a las 12 esosí, y que ganan más que tu o que yo juntos, eso sí. Sólo se encuentran por las mañanas.

Este crucero también tiene, en una de susesquinas, un restaurante chino que esmuy conocido porque con cien pesos te puedes comer un arroz frito que, además debueno, viene en una cantidad bastante abundante, tan abundante que alcanza parados personas o hasta para tres; dicha característica ha traído consigo a la másamplia variedad de comensales, tan variada que a veces vemos chinos, franceses, estado unidenses, mexicanos, y tantas nacionalidades como hay en nuestra ciudad; se trata de un restaurante en el que puedes comer bien invirtiendouna cantidad moderada de pesos mexicanos, característica adicional que traeconsigo una amplia gama de  estratossociales, entre ellos a nuestro honorable cuerpo de policía; sí, diariamente se vea una o dos patrullas como si resguardaran el lugar, pareciera que dichorestaurante paga alguna cuota por seguridad, pero, poniendo atención a laescena, te darás cuenta que los "polis" también son clientes asiduos al lugar.

Justo contra esquina, te encontrarás con una pequeña tiendade una de las cadenas de minisupers más famosos del D.F. que hace competencia ala tradicional tienda de abarrotes, que trata de sobrevivir, sin igualdad decondiciones, justo enfrente ocupando la tercer esquina de ese cruce de calles.

La imagen que quiero contarles es la siguiente:

Caminando rumbo a mi casa, después de pasear a mi perro veo una patrulla en la esquina de "los chinos", nombre dado al restaurante que en realidad se llama Pong Hui, recuerden que es cosa normal ver ahí detenida alguna que otra patrulla ordenando su arroz frito con pollo.

Justo cuando iba a cruzar la calle, la patrulla avanza como dirigiéndose hacia mi con ese ritmo que ponen las patrullas cuando van a detener a alguien, no e sque vayan rechinando llantas, no, pero si un acelerón de esos que aplican en alguna persecución. Yo, alcanzaba a pasar, aunque si me hubiera quedado quieto seguro me hubieran atropellado por accidente. En cosa de segundos pienso,"uy, algo paso en el OXXO", volteo, y veo que en efecto la patrulla se detiene justo en la contra esquina de "los chinos", el policía que conducía se baja rápido, se mete al OXXO, da vuelta hacia los refrigeradores, lo que hace que lo pierda de vista, pero, mi curiosidad morbosa me hizo detenerme a observar lo que sucedía, y unos 10 segundos después, aparece el policía caminando hacia la caja con una Coca Cola en la mano. 

La operación "voy por mi chesco" se llevaba a cabo de manera rauda y veloz.

Cuando volteo hacia el restaurante chino, veo a su"pareja" pagando su arroz frito con pollo.

No cabe duda que, México, es un país lleno de folclor.